Francia y Rumanía inauguraron la Eurocopa 2016. El partido me generó diversos intereses. Primero, la difícil labor del árbitro. El primer gol es ilegal pues, con su codo, Giroud desplaza al portero rumano. Las imagenes de televisión así lo demuestran. ¿Pero cómo quieren que el árbitro lo viera? Ocurrió en una fracción de segundo; el portero parecía que salía "a por uvas". Sin embargo, desde nuestros sofas, con televisores inmensos, en cámara lenta y múltiples repeticiones, la falta nos resulta evidente. ¿Tienen fecha de caducidad los árbitros? ¿Serán substituidos por la tecnología? ¿Es posible que un negocio que mueve tantos millones pueda estar condicionado por la apreciación humana?
Rumanía fue coraje, trabajo, entrega. Su máximo representante: Florin Andone. Francia fue estilo. Tres nombres. Deschamps lucía impecable. Traje azul oscuro, camisa blanca a juego con su pelo y peinado perfecto. Sin corbata; tendencia actual. Pogba: alto, estilizado, técnica exquisita, fuerza. Un atleta. Lástina que se deje peinar por su peor enemigo. ¿Por qué destaca por la imagen si puede destacar por su fútbol? Dimitri Payet: un gol maravilloso. Pero no sólo eso; dió una lección de precisión durante todo el partido. ¡Pura calidad!
Y tercero, la publicidad en el contorno del terreno de juego. Demuestra que la economía mundial ha cambiado. Junto a marcas globales tradicionales (McDonalds, Adidas) aparecían anuncios procedentes de nuevos actores mundiales. Hisende es empresa china de electrodomésticos. Kia motors es coreana y fabrica vehículos. Turkish Airlines es evidentemente turca. Y Azerbaiyán, Estado caucásico que formó parte de la URSS, anunció su energía. De los cuatro, sólo la selección turca juega la Eurocopa.
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