Llegó el día. 10 de Julio, París, estadio
Saint Denis, Francia – Rumanía. Empieza la Eurocopa con 24 equipos luchando por la ansiada copa. El torneo llega en uno de los momentos más difíciles para
el proyecto de la Unión Europea. Mientras los europeos atiborren los estadios y
se sienten delante de la televisión para ver jugar a su selección, miles de
refugiados estarán intentando cruzar el mar o esperando en un campo a que
Europa les brinde un futuro mejor. No quiero ser populista ni tirar ahora de falsa hipocresía, pues yo seré el
primero que me interesaré por saber que hace mi selección, que estaré atento por si Francia consigue cumplir con las expectativas y pendiente de si Inglaterra
por fin vuelve a hacer algo grande en un torneo de selecciones. Pero la situación de los miles de refugiados abandonados a su suerte por la Unión Europea deja claro que el proyecto europeo fracasa. Leer el artículo 2 del Tratado de la Unión Europea en el cual se enumeran todos los principios que deben de regir la Unión provoca vergüenza ajena. Ni una Eurocopa
puede ya disimular que el sueño de una Europa que respete la dignidad
humana, la libertad, la democracia, la igualdad y los derechos humanos cada vez se parece más a una pesadilla.
Pero la situación de los refugiados,
que daría para hacer un blog en si mismo, es sólo uno de los problemas. Otro que
afectará de una manera más directa al torneo es el del yihadismo. Las medidas
policiales serán excepcionales y el ejército se dejará ver por todas las calles
y ciudades galas. Francia vive ahora mismo en un estado de alerta constante,
preparada y consciente de que en cualquier momento puede ser atacada. Las 24
selecciones están concentradas en instalaciones con una seguridad más cercana a
los bunkers de guerra que a las de una ciudad deportiva. Y esto no es todo, la
política europea se ha convertido en un enigma que ni Einstein sería capaz de
resolver. España lleva medio año sin gobierno y deberá repetir unas
elecciones que auguran unos resultados casi idénticos a los anteriores.
Mientras, Cataluña parece que también acabará volviendo a las urnas porque su
gobierno independentista está cada vez más cerca de romperse. Y los otros
países mediterráneos tampoco viven sus mejores años, el peor parado sigue
siendo Grecia, sobre el cual vuelve a aparecer el fantasma de un nuevo rescate.
El país heleno no levanta cabeza ni tiene intención de hacerlo. Pero no sólo hay
problemas en el sud, al norte Inglaterra prepara un referéndum para salir de la
Unión y en el centro los austríacos estuvieron a punto de poner a un gobierno
de la ultraderecha en el poder. El auge de los partidos extremistas es otro de
los problemas a los que se debe de enfrentar Europa, pues parece que sus
votantes van creciendo en todos los países.
Y en medio de todo el jaleo político,
económico y social aparece el fútbol para mantener en vilo a todo un continente
durante un mes entero. Y es que por muy mal que estén las cosas, los europeos
siempre tenemos tiempo y ganas de disfrutar de los 90 minutos que dura un partido de
fútbol. Porque como dijo Valdano, el fútbol es lo más importante de entre las
cosas menos importantes de la vida. Pues yo os digo, disfrutemos de lo que no
es importante sin olvidar lo que realmente importa. Y tú, Europa, a ver si
mejoras.
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