Vuelve Guardiola al Camp Nou para un partido de Champions
League. No será la primera vez que viene a Barcelona como rival, pues ya se
sentó en el banquillo visitante cuando entrenaba al Bayern de Múnich. No le fue
muy bien entonces: perdió 3 a 0 en la ida de las semifinales de la
Champions y acabó siendo eliminado en Alemania en el partido de vuelta.
Los tiempos en que Pep comandaba al F.C.Barcelona desde
la banda en el banquillo local parecen muy lejanos. Sin embargo, han pasado poco
más de 5 años desde que Guardiola decidiera tomarse un año sabático para ir a vivir
a Nueva York a repensar su futuro. Aún recuerdo con cierto cariño aquellos
años en que todo el club temblaba ante la posibilidad de que no renovara. Los
contratos de Pep con el Barça eran de un año y sólo sí él veía que los
jugadores le seguían en sus ideas decidía renovar por un año más. Mientras se
esperaba su renovación, el temor de que sin Guardiola el Barcelona no
conseguiría mantener el nivel que había alcanzado inundaba todos los rincones
de la entidad. Pero de forma inevitable un día Pep decidió irse, después de haberse
dejado la piel y el alma por un club que siempre ha amado por encima del resto.
Para él era el momento de pasar página, marcharse con la cabeza alta y buscar
nuevos retos profesionales.
Más allá de los títulos, Pep dejó en Can Barça una manera de
trabajar y de entender el fútbol que para suerte de los culés todavía hoy sigue muy presente. Y es que el Barça de ahora es una continuación del de Pep. Cierto es que este Barcelona ha evolucionado en muchos ámbitos del juego, introducido múltiples matices
tácticos y cambiado más de la mitad de los jugadores. Este ya no
es el Barça de los Valdés, Puyol, Alves, Xavi... pero sin embargo sigue
funcionando con la misma solvencia y poderío con el que lo hacía años atrás. Y si esto es así es porque los
culés entendieron que Guardiola dejaba mucho más que varias estanterías llenas
de título, dejaba una manera de entender el fútbol que a la larga, bien
aplicada y entendida, te permite seguir disfrutando de este deporte a la vez que seguir coleccionando trofeos. La
presencia de Pep sigue estando muy viva en el Barça, pues sin él hoy este
equipo y este club no serían lo que son. Su juego siempre nos lo recordará, o al menos eso intentarán en Can Barça, pues
será una señal inequívoca de que se siguen haciendo las cosas bien y de que se sigue manteniendo la esencia de
Pep.
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