Borja Bley García
tiene 20 años, de los cuales se ha pasado más de la mitad jugando a fútbol. Se
define asimismo como una persona que juega con sentimiento, poco habilidoso en
lo técnico, pero siempre entregado en la causa. Quizás el hecho de ser del RCD
Espanyol tenga algo que ver, pues su lema “la força d’un sentiment” no está
alejado de su forma de entender este deporte.
Hola Borja, en primer lugar gracias por tu tiempo.
Cuéntanos, ¿en qué equipos y categorías has jugado?
A los 8 años empecé a jugar
a fútbol en la escuela del Espanyol, donde estuve dos años. Luego mi hermano
mayor, que jugaba en el CE Europa, me animó a que fuera a probar para fichar
por el Alevín B. Quién me hubiera dicho a mi que después de aquella prueba
acabaría jugando 9 años en otro club blanquiazul. Yo jugaba como pivote, pero allí me ficharon
como extremo, y más adelante retrasé mi posición a lateral. Después de haber
pasado por casi todas las categorías del CE Europa ahora juego en el Racing
Sarriá.
¿Has tenido alguna lesión importante durante este tiempo?
La verdad es que sí. En el primer
año de juvenil me fracturé el pie en el último partido antes de las vacaciones
de verano, justo cuando me acababan de nombrar 1r capitán. Me costó mucho
recuperarme y tenía muy poca confianza en mi mismo. Al año siguiente descendimos
de categoría y acabé jugando muy pocos minutos. Después de esta mala temporada tendría de haber pasado al juvenil B, pero la coordinación del club y el entrenador decidieron no
contar conmigo y me ofrecieron seguir jugando en el juvenil C,
con el que acababa de descender. Fue un palo muy duro, creí que era el momento
de dejarlo, pero también pensé que estaba en deuda por haber descendido al
equipo y por todo lo que el Europa me había dado. Acepté la
situación, los nuevos compañeros me integraron de una manera increíble,
formamos una familia excepcional, me hicieron capitán y ese año conseguimos el
ascenso a Preferente de nuevo. El CE Europa, como
premio por mi trayectoria en el club, me hizo debutar en un partido de Liga Nacional
con el Juvenil A.
¿Qué es lo que más te gusta de ser jugador de fútbol?
Me gustan dos cosas
especialmente: en primer lugar, el equipo; ese convivir, reír, pelearse,
hablar, querer un mismo juego y luchar juntos por un mismo objetivo, allí es
donde reside la esencia del fútbol y de cualquier deporte de equipo. Amo todas
estas situaciones, porque al final te enseñan a vivir y te regalan muchos
nombres que siempre llevaras contigo. El fútbol me ha regalado personas
increíbles. En segundo lugar, me encanta la sensación de que cuando estás
jugando a fútbol eres realmente tú, y no existe nada más. En tu cabeza solo hay
la pelota, los compañeros y las porterías, nada más. Es una desconexión muy
necesaria en mi día a día.
¿Y lo que menos?
No soporto las actitudes
violentas y el machismo que hay en el fútbol. Creo que la gente confunde la
competición y la tensión de un partido con la violencia. Ante todo, debe haber
respeto, y este es totalmente compatible con la competición. Además, por mis
años en los vestuarios, he visto muchas envidias, egoísmos y poca sinceridad,
cuando un vestuario está muy dividido es una situación muy delicada.
¿Tienes alguna referencia o ejemplo en el cual te fijes
en tu día a día?
La verdad es que no. Me gusta mucho acordarme
de jugadores con los que he compartido vestuario; sobre todo de aquellos jugadores que siempre estaban en el banquillo, pero con una sonrisa, esos son
los verdaderos héroes de este deporte.
¿Quién ha sido para ti el mejor lateral de la historia?
Para mi Marcelo del Real Madrid es sin duda el mejor. Tanto
defensiva como ofensivamente es muy completo, trabaja, sonríe, disfruta y le
pone ese toque de magia a todas sus jugadas.
Para acabar, dos pronósticos: un favorito para la Liga
y un favorito para ganar la Champions League.
No soy mucho de
este, ya que del RCD Espanyol se puede pronosticar poco, pero creo que la Liga
este año será para el Real Madrid y la Champions me gustaría que la ganase el Atlético
pese a que veo muy favorito al Barça, aunque no me guste.
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