Hablemos de tetas

Si eres un lector común de las páginas web deportivas como el Marca, el As o el MundoDeportivo ya te habrás dado cuenta de la cantidad de mujeres desnudas o semidesnudas que aparecen en las distintas secciones de la web. Y es que lo de poner reportajes de mujeres enseñando cuerpo es una práctica generalizada en todos los medios de comunicación que se dedican al mundo del fútbol. Los diarios deportivos utilizan a las mujeres como un reclamo más para captar la atención de los lectores, partiendo de la simple premisa de que a los hombres les gusta el fútbol y las mujeres, por tanto, juntemos las dos cosas. Una lógica bastante primitiva hoy en día, pues el fútbol no es un deporte sólo de hombres y no a todos los hombres les gustan las mujeres.


Sin embargo, detrás de este intento por captar más lectores a cualquier precio cabe preguntarse dónde están los límites. Las páginas web de fútbol son de las que reciben más visitas a lo largo del día y la mayoría de estas visitas son de niños y jóvenes que quieren informarse sobre las últimas novedades de su equipo. Pero eso sí, rodeados de culos y tetas, independientemente de la edad que tengan. Por ello, un niño de 12 años que entre hoy en la página web de MundoDeportivo podrá leer un reportaje muy futbolero titulado: “Paula, ‘GH 15’, se desnuda para Torito y hace un llamamiento a los hombres”. En él podrá leer alguna de las siguientes perlas: Paula confiesa que recibe multas a menudo: “por poner la música muy alta, por fumar marihuana… sólo me falta que me multen también por hacer ruido mientras practico el sexo o “si alguien tiene el pene tatuado, que me llame para probar”. Olé tú y que viva el fútbol.

Pero más allá de la discutible y primitiva lógica que utilizan los medios de comunicación para el uso de mujeres desnudas en su web, y del contenido casi pornográfico que usan para poder tener más lectores que sus competidores, detrás de todo ello se esconde una reflexión más profunda. Quedarse aquí sería sólo mirar la primera capa del problema. Y es que esta situación es un reflejo del machismo que impera dentro de estos medios de comunicación. Machismo al que por otra parte nos hemos malacostumbrado, y nos cuesta darnos cuenta de su existencia, pues ha existido desde siempre y lo vemos como algo normalizado. Por un lado, se refleja en el hecho de que la cobertura mediática de los deportes femeninos es mucho menor que el de los deportes masculinos. En cierto modo entiendo esta situación, pues los deportes masculinos tienen mayor seguimiento, aunque cabe preguntarse si este mayor seguimiento es fruto de la mayor cobertura mediática que reciben, o si tienen un mayor seguimiento ya de por si y es por eso que reciben más cobertura. Ahí lo dejo. Por otro lado, se refleja cuando alguna mujer consigue un hito deportivo importante. Cuando Carolina Marín ganó el oro en bádminton en los juegos de Río, al diario As no se le ocurrió mejor noticia que esta: “Rivas (el entrenador de Carolina), el hombre que convirtió en oro las rabietas de Carolina”. Otro olé tú para el diario As.

En fin, me gustaría acabar diciendo que el debate sobre el machismo en los medios de comunicación deportivos está servido, pero lo cierto es que no es así. Porque por ahora ni siquiera hay debate, hay una realidad que esta allí y a la que nos hemos malacostumbrado. Por eso, lo primero será darse cuenta y luego ya podremos debatir. 
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