Cuando Mario Götze remató al fondo de la red el pase de Schürrle, Alemania conseguía culminar un ciclo que hasta ayer siempre la había dejado con la miel en los labios. A pesar de llegar siempre a las fases finales de mundiales y eurocopas, la selección alemana llevaba años cayendo derrotada cuando más cerca tenía la gloria.
Por ello, el triunfo de anoche fue un premio a la constancia y a la fe en su fútbol. No fue el mejor partido de la selección alemana en el Mundial, incluso en muchos tramos del partido y mientras a Argentina le aguantaron las fuerzas, el conjunto alemán se vio superado por los hombres de Sabella. Sin embargo, en el cómputo global la selección alemana ha sido la más regular y fiable de todo el campeonato. De hecho, es una de las pocas selecciones que nunca ha tenido que llegar a la tanda de penaltis para ganar un partido: a Argelia la eliminó en la prórroga, a Francia en los noventa minutos y a Brasil en los treinta primeros. Anoche contra Argentina, la selección alemana tampoco necesitó llegar a los penaltis para proclamarse campeona del mundo.
Y es que la victoria en el Mundial de Brasil es la recompensa por una apuesta futbolística que combina a la perfección un fútbol físico, rápido y técnico. Además, como pasó en el Mundial de Sudáfrica con Xavi, Iniesta o Casillas, jugadores como Lahm, Schweinsteiger, Klose o Müller ven recompensado con este título su gran trayectoria. Porque al final, como dijo Gary Lineker después de perder contra Alemania en el Mundial de Italia 90: "Football is a simple game; 22 men chase a ball for 90 minutes and at the end, the Germans always win".
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