La verdad del caso De Gea

Mucho se ha escrito sobre David De Gea y su no fichaje por el Real Madrid en los últimos días. Después de haber leído diversas opiniones, está claro que hay algo que no nos han querido contar. En primer lugar, para empezar a comprender porque los papeles necesarios para la inscripción del jugador llegaron tarde, tenemos que remontarnos al principio del mercado de fichajes, cuando Sergio Ramos había vuelto a pedir la renovación de su contrato. Tal renovación fue una promesa del presidente Florentino, pero nunca la había llegado a cumplir. Ni el gol de la Décima consiguió que el presidente se sentara con el jugador y su representante para mejorar su salario. Ante la pasividad mostrada por el club blanco, Sergio Ramos se puso en contacto con el Manchester United, club que ha realizado una profunda inversión en fichajes y que no tenía ningún problema en pagar lo que el Madrid quisiera por el central y dar a Sergio el sueldo que exigía.

Las negociaciones con el conjunto inglés eran un arma de doble filo para el central andaluz. Por un lado, presionaba al presidente Florentino para que le diera la renovación que le había prometido y le ofreciera uno de los mejores sueldos de la plantilla, por el otro, se aseguraba cobrar el sueldo que quería aunque el Madrid no moviera ficha, pues la oferta del United ya la tenía asegurada. Para Sergio era un movimiento win-win. Él sólo ganaba. Al final, el culebrón Sergio Ramos acabó con Florentino sacándose la chequera y cubriendo de oro al central blanco. La renovación se hizo oficial el 17 de agosto. Con ella, el Manchester United perdía uno de los puntales de su nuevo proyecto de forma inesperada. Allí ya tenían el sí quiero del jugador y todos contaban con tenerle en la plantilla para la siguiente temporada. Fue una puñalada trasera, un sí y al final no que no sentó nada bien al conjunto inglés. Sólo hace falta buscar en Google la frase “Sergio Ramos y el Manchester United”, para encontrar en las primeras noticias las palabras traicionado o utilizado. Así se sentían en Inglaterra.


A todo ello, una vez cerrada la renovación del central, Florentino Pérez decidió lanzarse a por su gran fichaje del verano. Y es que desde que está en la presidencia cada año trae a un jugador mediático, aunque al equipo no le haga falta, para poder montar la ya mítica tarima del Bernabéu y darse un baño de masas, fotos y firmas con el crack de turno: Cristiano, Bale, James… todos han pasado por el espectáculo de Floren. Y este año, después de la salida de Casillas, hacía falta traer a un portero con renombre, y que mejor que un portero español, joven y bueno, muy bueno. De Gea era el candidato, el único candidato. Tan sólo había un pequeño problema del que el Real Madrid no se dio cuenta hasta las 00:00 del día 1 de Septiembre, De Gea pertenecía al Manchester United, el mismo equipo que había utilizado su capitán para darse un baño en billetes de 500. Al principio todo empezó con un Manchester United cerrado a negociar, pero dejando al portero sin convocar en los partidos oficiales del mes de agosto. El Real Madrid se lo tomó como una estrategia para aumentar el precio del jugador, pero no se podía estar más equivocado. La verdad es que el Manchester nunca tuvo la intención de deshacerse de De Gea. Como ya han demostrado durante este mercado de fichajes, dinero no les falta, pero como también han demostrado en este inicio de temporada, portero sí. Ni Romero ni Valdés, cada uno por sus propias razones, son una opción delante de David. Y el Manchester, y su entrenador Louis Van Gaal, lo saben. Ahora bien, le debían una al Madrid y querían devolvérsela por la puerta grande. Empezaron a entablar negociaciones a pocas horas del cierre del mercado de fichajes, cuando ya no había tiempo para hacer todos los trámites pero si para que el Real Madrid lo intentará. El Madrid no sólo lo intentó, sino que lo consiguió, cerró la operación De Gea en tiempo récord y envió todo los papeles necesarios, pero no contó con que el Manchester United los enviaría dos minutos tardes, a sabiendas de que así sería imposible cerrar la operación. Ahora sí que estamos en paces se debió escuchar en las oficinas de Manchester. Y es que con el United, no se juega, y más aún si en el banquillo se sienta el señor Van Gaal, hombre de ideas fijas. Para más inri, De Gea ya tiene una oferta de renovación por parte del conjunto inglés, y más le vale aceptarla si quiere jugar y estar en la Eurocopa de Francia 2016. La jugada del Manchester es digna del mejor ajedrecista.


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