Corren días convulsos en los despachos del F.C.Barcelona. El "caso Neymar" se ha llevado por delante a un presidente y ha dejado una sensación de rareza permanente en el seno del club. Sólo el buen juego y los resultados podrán limpiar el ambiente cargado y pegajoso que se respira en Can Barça.
Además, el pasado fin de semana llegó la Real Sociedad y tumbó al Barça. Jugó tan mal el conjunto culé que en algunas acciones Vela parecía Pelé y Canales el mejor Ozil. Ha empezado a torcerse lo deportivo y todos se han girado hacia el palco, la prensa y también los aficionados empiezan a pedir elecciones cada vez con más insistencia. La imputación del Barça como persona jurídica ha sido la gota que ha colmado el vaso y el soci busca respuestas a demasiadas preguntas.
Cieto es, que los estatutos del Barcelona prevean claramente como debe hacerse el relevo del presidente en caso de que este dimita. Bartomeu es presidente de forma legal y no hay mucho que discutirle en este sentido. Además, el socio cuando vota a un presidente también vota a su junta directiva, aunque a esta afirmación debemos ponerle muchos astericos, puesto que las elecciones al F.C.Barcelona son extremadamente personalistas. Por otro lado, el "caso Neymar" es una caja de pandora de la cual no paran de salir sorpresas y cada uno es peor que la anterior para los culés. Mientras Neymar se tira el día instagrameando con su móvil, el Barcelona va pagando millones por un jugador que hasta el momento ha demostrado entre poco y nada. Por ello, es entendible que el soci pida elecciones, hacer borrón y cuenta nueva, y empezar un proyecto de cero.
Seguramente, el calendario institucional del Barça vendrá marcado por su actuación deportiva. Será muy difícil que Bartomeu consiga mantenerse en la presidencia si el Barcelona no consigue ganar nada. Además, los culés se acordarán del verano. Fue entonces cuando se decidió que no hacía falta un central y la regeneración de la plantilla que pedían los propios jugadores, después de la eliminación contra el Bayern, se quedó tan sólo en la la llegada del brasileño.
Al final, el tiempo dirá como acaba todo este embrollo. Por si le faltaban alicientes, en un mes habrá un referéndum sobre el futuro del Camp Nou. Más leña al fuego. Suma y sigue.
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