Trabajo, constancia y pasión. Esos son los pilares fundamentales que todo club que quiere triunfar debe implantar en su fútbol y en su día a día. Juntos, conforman una filosofía que entiende perfectamente el Sevilla Fútbol Club. Si decimos que el Atlético de Simeone es un perfecto ejemplo de cómo lograr a corto-medio plazo competir con los clubes gigantes, el Sevilla también se está convirtiendo en un referente en ese mismo ámbito.
En el Ramón Sánchez-Pizjuán están contentos con lo que ven, y no es para menos. El club rojiblanco ha conseguido crecer a base de éxitos deportivos (tres Europa League consecutivas) y ha sabido sustituir a la perfección el vacío que han dejado figuras como Emery, Banega, Krychowiak, o el referente que era el año pasado Kevin Gameiro. De una forma u otra, Monchi convenció a Sampaoli para liderar la orquesta sevillista, si bien de una manera completamente diferente a la de temporadas pasadas, ya que este año el equipo rojiblanco propone un juego totalmente vertical y ofensivo que nunca aburre con jugadores como Nasri, el “mudo” Vázquez o el propio Mariano, que es una pieza clave en el esquema que utiliza el técnico argentino.
Una vez se consiguió la estabilidad en verano después de hacer ajustes importantes en la plantilla y de la marcha de los jugadores anteriormente citados, el equipo de Nervión propuso como su primera máxima competir con cualquier equipo al que se enfrentara durante esta temporada, y de momento está cumpliendo ese objetivo con creces. El Sevilla FC no sólo busca los resultados, sino que los acaba consiguiendo. Los números hablan por sí solos: Son primeros del grupo H de Champions League -con 10 puntos y pie y medio en octavos de final- y eso que supuestamente el equipo hispalense debía luchar por la segunda plaza con el Olympique de Lyon ya que la favorita para ser líder del grupo era la Juventus dirigida por Allegri; permanecen cuartos en La Liga haciendo frente a los tres gigantes a los que parecía que nadie se podía acercar -Madrid, Barcelona y Atlético- firmando el tercer mejor arranque en su historia en esta competición, y por último lo mejor de todo: es capaz de hacer un fútbol que cada día convence más.
Este es el Sevilla de la temporada 16/17, comandado por un técnico que mezcla la garra con el trabajo como es Sampaoli y que acaba dando con la tecla cueste lo que cueste. Un club que se basa en el trabajo, la constancia y la pasión. Un club que ilusiona y se identifica con su gente.
En el Ramón Sánchez-Pizjuán están contentos con lo que ven, y no es para menos. El club rojiblanco ha conseguido crecer a base de éxitos deportivos (tres Europa League consecutivas) y ha sabido sustituir a la perfección el vacío que han dejado figuras como Emery, Banega, Krychowiak, o el referente que era el año pasado Kevin Gameiro. De una forma u otra, Monchi convenció a Sampaoli para liderar la orquesta sevillista, si bien de una manera completamente diferente a la de temporadas pasadas, ya que este año el equipo rojiblanco propone un juego totalmente vertical y ofensivo que nunca aburre con jugadores como Nasri, el “mudo” Vázquez o el propio Mariano, que es una pieza clave en el esquema que utiliza el técnico argentino.
Una vez se consiguió la estabilidad en verano después de hacer ajustes importantes en la plantilla y de la marcha de los jugadores anteriormente citados, el equipo de Nervión propuso como su primera máxima competir con cualquier equipo al que se enfrentara durante esta temporada, y de momento está cumpliendo ese objetivo con creces. El Sevilla FC no sólo busca los resultados, sino que los acaba consiguiendo. Los números hablan por sí solos: Son primeros del grupo H de Champions League -con 10 puntos y pie y medio en octavos de final- y eso que supuestamente el equipo hispalense debía luchar por la segunda plaza con el Olympique de Lyon ya que la favorita para ser líder del grupo era la Juventus dirigida por Allegri; permanecen cuartos en La Liga haciendo frente a los tres gigantes a los que parecía que nadie se podía acercar -Madrid, Barcelona y Atlético- firmando el tercer mejor arranque en su historia en esta competición, y por último lo mejor de todo: es capaz de hacer un fútbol que cada día convence más.
Este es el Sevilla de la temporada 16/17, comandado por un técnico que mezcla la garra con el trabajo como es Sampaoli y que acaba dando con la tecla cueste lo que cueste. Un club que se basa en el trabajo, la constancia y la pasión. Un club que ilusiona y se identifica con su gente.
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