La Vanguardia nos descubre a los niños de Panyee

El diario La Vanguardia publica hoy en su edición digital una de esas historias que hacen del fútbol un deporte tan bonito. El fútbol va mucho más allá de los grandes estadios, las grandes estrellas y los grandes salarios, y a veces va bien recordarlo.


Nos gusta el fútbol porque lo jugamos en la escuela, nos ayudó a hacer amigos, nos integró dentro de un grupo y nos sigue haciendo felices cada vez que lo practicamos. El fútbol profesional es sólo una pequeña parte del fenónemo de este deporte que va mucho más allá; el fútbol es una herramienta de integración, de esperanza y de felicidad.

La historia de los niños de Panyee sólo hace que refrendar nuestra idea de que el fútbol es capaz de conseguir cosas imposibles. Y es que como dijo un día Bill Shankly, mucha gente piensa que el fútbol es un juego a vida o muerte, pero es mucho más importante que eso.

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