Se ha comido los turrones, ha podido hacer
las campanadas y tomarse las uvas pero no ha llegado a la noche de reyes. Era
de esperar, cualquier entrenador que llega al Real Madrid lo hace con una soga
en el cuello que a cada mal resultado se va apretando y apretando. No hay
margen, Florentino lo quiere todo: jugar bien, enamorar y ganar… vaya, lo que
quieren todos los presidentes de un equipo de fútbol, pero Florentino lo quiere
en el mes de Noviembre aunque los títulos se ganen en Mayo. Benítez se une así
a una larga lista de entrenadores destituidos en las manos de Florentino Pérez
durante su segunda etapa en el club blanco. Antes fueron Pellegrini, Mourinho y
Ancelotti. Con este historial, no es de extrañar que Zinedine Zidane no vea
nada claro lo de entrenar al Real Madrid, y es que ya siente la soga en el
cuello antes de firmar su contrato como técnico blanco.
Más allá de su presidente, Benítez tenía
los días contados desde que el Barcelona tomó el Bernabéu en el mes de
noviembre. Pocos argumentos hay para defender su gestión. El equipo no juega a
nada, la plantilla no le respalda, la afición tampoco y los resultados son
malos. Desde el principio no ha sabido transmitir lo que quería ni a jugadores
ni aficionados. Su primer error fue intentar dar protagonismo a Bale para
quitárselo a Cristiano y a partir de allí todo fueron despropósitos. Lo peor de
todo es que no sorprende, nadie en el Madrid estaba ilusionado cuando Benítez
llegó al conjunto merengue, todos sabían cómo jugaban los equipos de Rafa y a
ningún aficionado blanco le entusiasmaba la idea. Irónicamente, sólo Florentino
parecía confiar en él.
La historia de Rafa en el Madrid se ha
desarrollado tal y como se preveía. El día de su fichaje la mayoría de
aficionados azulgranas se alegraban de su llegada, lo que ya era un indicativo
de que alguna cosa fallaba. Ahora bien, para entender el periplo de Benítez en
el Real Madrid hay que mirar al club en su conjunto. Los problemas del Madrid
no se solucionan con un cambio de entrenador, tienen que ver con su estructura
y funcionamiento interno, con el poco rigor y profesionalidad con el que se
maneja la entidad y el ridículo que lleva haciendo desde hace meses. Los
entrenadores son las víctimas perfectas para un Florentino Pérez que intenta
manejar el club como una empresa y que aún no ha entendido que en el fútbol 2+2
nunca ha sido 4. A ver cuánto le dura Zizou.
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