El F.C.Barcelona ha iniciado
una nueva etapa con Luis Enrique en el banquillo, en la que está recuperando elementos del juego que había ido olvidando de forma progresiva
desde la marcha de Guardiola. El nuevo técnico azulgrana ha devuelto la presión
asfixiante y la solidez defensiva, dos aspectos que eran
innegociables en la época dorada del Pep Team. El Barça de Guardiola era
temible por su eficacia ofensiva pero también por su fortaleza en defensa, y la
premisa del equipo era defender primero para atacar después.
Aunque esos eran otros tiempos y lo que hizo aquel Barça
parece irrepetible, Luis Enrique es consciente de las deficiencias que el
Barcelona ha ido desarrollando, quizás incluso antes de la marcha de Guardiola, y se ha fijado restablecer antiguos mecanismos desde el primer día. Este nuevo
Barcelona está recuperando viejas costumbres, a la vez que busca crear de
nuevas para volver a ser un equipo impredecible, alegre y dinámico, y no el
conjunto lento y aburrido que fue en la pasada temporada. Martino nunca
fue capaz de entender el juego del Barcelona, aunque no se le pueden reprochar
muchas cosas a un técnico que llegó de rebote, y desde el primer día se encontró
con un club más pendiente de los juzgados que del terreno de juego.
En
esta búsqueda de un nuevo Barça, que vuelva a enamorar al Camp Nou y al mundo
entero, hay dos jugadores que reflejan lo que Luis Enrique quiere de este
equipo. Uno es español pero de padres marroquís, Munir, y el otro es suizo pero
nacionalizado croata, Rakitic. Por un lado, el joven Munir representa la
confianza en la cantera y en los jóvenes. Mientras
el año pasado sólo vimos debutar a jugadores del filial en partidos
intrascendentes o en las primeras fases de la Copa del Rey, este año ya hemos
visto jugar en Liga a Munir y Sandro, ambos con gol incluido. La cantera parece
el elemento perfecto para que Luis Enrique pueda instaurar una competencia sana
pero feroz dentro del vestuario, tal y como a él le gusta. Y
es que además, los jugadores del filial se están empeñando en confirmar cada
domingo que tienen calidad para jugar en el primer equipo del Barça. Adama,
Dongou, Samper, Grimaldo… el Barça B es un equipo repleto de jóvenes promesas
hartas de demostrar que cada día son menos promesa y más realidad.
El
otro jugador es Ivan Rakitic, un jugador que representa la calidad y el trabajo
en el medio campo. El croata es un jugador idóneo para el Barça, tiene la aptitud
suficiente para tocar la pelota a la misma velocidad que Messi o Iniesta, y
juega de tal manera que parece haber estado toda la vida en el Barça. Sin
embargo, no es su calidad lo que le hace tan especial. La gran diferencia de
Rakitic respecto de otros medios es su trabajo defensivo, su colocación en el
campo y su inteligencia táctica, la capacidad de defender y ayudar al equipo en
labores defensivas como si le fuese la vida. Si Rakitic es capaz de acompañar
su calidad y desparpajo con esfuerzo e inteligencia, el croata se
convertirá en una de las piezas claves de este nuevo Barça.
Sólo el tiempo nos dirá si Luis Enrique consigue su propósito
y construye un equipo que vuelva a enamorar a los aficionados culés. De
momento, el Barcelona está demostrando que no ha olvidado cómo ha conseguido
sus últimos éxitos, y que sólo a través del juego se podrán conseguir los
títulos. En este nuevo Barça, Munir es el camino al que hay que volver y
Rakitic el ejemplo que hay que seguir.
0 Comentarios