Los argentinos son personas pasionales, habladoras,
intensas, capaces de amarte un día y de odiarte el otro. Expresan sus emociones
por encima de todas las cosas sin pensar en las consecuencias. Si Descartes
aseguraba que Pienso, luego existo,
un argentino es más propenso al Actúo,
luego pienso. Y el fútbol, como parte de la vida de Argentina, no es una
excepción.
La Selección Argentina ha vivido siempre bajo
la sombra eterna de Maradona. Aquel gol con la mano ante Inglaterra en el
Mundial de 1986 que le valió un Mundial a la albiceleste sigue siendo una
sombra demasiado larga para este país. Ni Leo Messi, el mejor jugador que ha
dado la historia de este deporte, ha sido capaz de desprenderse de esta losa,
que con los años cada vez se hace más pesada. La llegada del joven Lionel al
mundo del fútbol se vivió como una resurrección de la figura maradoniana. Había
llegado el niño que volvería a encumbrar a Argentina a la gloria más alta de
este deporte. Ya de pequeño, el país seguía las andadas de Lionel con gran
atención. Pronto apareció el miedo de que acabara jugando con España, país
donde vivía, jugaba y se formaba como futbolista. Pero Messi se sentía y se
siente argentino, y no dudo en decirle que no al país que le había visto crecer
para darle el sí al que le había visto nacer. Él era de Rosario, y Rosario está
en Argentina.
En el primer Mundial que disputó Lionel con
la selección se empezó a entrever que el paso de Messi por la Selección no
sería fácil. Fue en el año 2006, en el Mundial de Alemania cuando Argentina
cayó eliminada contra la anfitriona en los cuartos de final y en los penaltis. Leo
jugó sólo 122 minutos en ese torneo que le sirvieron para dar una asistencia y
marcar un gol. Desde ese primer Mundial con la absoluta Leo ha jugado dos
Mundiales más, el de Sudáfrica y el de Brasil. En Sudáfrica volvió a caer en
los cuartos de final ante la Selección Alemana, esta vez por un contundente 4 a
0, mientras en Brasil la Selección llegó a la final pero la perdió, otra vez
contra Alemania. La misma suerte ha corrido Argentina en las 4 Copas Américas
que ha disputado desde el 2006 con Lionel en el plantel. La albiceleste ha
llegado a 3 finales, pero las ha perdido todas. En este cúmulo de finales
perdidas los argentinos siempre han apuntado al mismo hombre. Leo ha ido
creciendo sabiéndose más querido en España que en Argentina, porque mientras
sus compatriotas le iban retrayendo las finales pérdidas, en España le dábamos
las gracias por jugar en la Liga Española y no haberse ido nunca a la Premier.
Lo que todavía no entienden en Argentina es
que si han jugado tantas finales es porque tienen en sus filas a Lionel. Sólo
con él en el campo podrías llegar a una final del Mundial con estos jugadores:
Romero-Rojo-Zabaleta-Demichelis-Garay-Mascherano-Biglia-Enzo-Higuaín-Lavezzi,
que no son malos, pero no son tan buenos como para ser los mejores del mundo. Mientras,
España tuvo que juntar a todo un cúmulo de leyendas sobre el césped para poder
llegar a una: Casillas-Ramos-Piqué-Capdevila-Alonso-Busquets-Xavi-Iniesta-Pedro-Villa.
0 Comentarios