El Celta eliminó al Real Madrid de la Copa
del Rey haciendo alarde de un fútbol dinámico, explosivo y rápido. Y eso, en el
fútbol actual, no es poca cosa. Con las diferencias existentes entre los
distintos clubes de la Liga, donde dos monstruos tienen más poder económico que
todo el resto de clubes juntos, que un equipo como el Celta sea capaz de
eliminar al transatlántico blanco tiene mucho, pero que mucho mérito.
La riqueza del Celta reside en el trato que los hombres de Berizzo dan a la pelota. El 2-1 de ayer es un ejemplo claro de lo que es este equipo: combinaciones rápidas, dos o tres toques máximos y movimientos constantes en la zona de tres cuartos. Cada vez que atacaron, los celestes consiguieron descolocar a la defensa blanca, que iba como loca intentando cerrar espacios y persiguiendo las sombras de los jugadores celestes. Y eso que el Real Madrid jugó un partido normal dentro de su tónica habitual de la temporada. Ya lo dijo Zidane en rueda de prensa, no había nada que pudiese reprochar a sus jugadores. El equipo salió intenso, se hizo rápidamente con el control de la pelota, pero le faltó capacidad ofensiva para materializar sus ocasiones en la primera parte. Cristiano, por muchos The Best y Balones de Oro que reciba, ya no es el de hace unos años atrás, y encima Benzema tampoco esta para muchas fiestas. Aunque aún así, el Madrid es mucho Madrid.
La riqueza del Celta reside en el trato que los hombres de Berizzo dan a la pelota. El 2-1 de ayer es un ejemplo claro de lo que es este equipo: combinaciones rápidas, dos o tres toques máximos y movimientos constantes en la zona de tres cuartos. Cada vez que atacaron, los celestes consiguieron descolocar a la defensa blanca, que iba como loca intentando cerrar espacios y persiguiendo las sombras de los jugadores celestes. Y eso que el Real Madrid jugó un partido normal dentro de su tónica habitual de la temporada. Ya lo dijo Zidane en rueda de prensa, no había nada que pudiese reprochar a sus jugadores. El equipo salió intenso, se hizo rápidamente con el control de la pelota, pero le faltó capacidad ofensiva para materializar sus ocasiones en la primera parte. Cristiano, por muchos The Best y Balones de Oro que reciba, ya no es el de hace unos años atrás, y encima Benzema tampoco esta para muchas fiestas. Aunque aún así, el Madrid es mucho Madrid.
Como no podía ser de otra forma, el conjunto
blanco tuvo la oportunidad de igualar la eliminatoria con la ya clásica ocasión
de Sergio Ramos. Y es que da igual cuantos lo cubran y que todos sepan que el
balón le irá a él, porque siempre acaba poniendo la cabeza antes que el defensa.
Sin embargo, esta vez el balón se fue fuera de manera inexplicable. Tampoco hubo
hazaña en el último suspiro aunque Lucas Vázquez dio esperanzas a más de un
aficionado.
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