En el minuto 1 Fernando Torres lo
volvió a hacer. Recogió un balón suelto en la frontal del área, quiebro a
Mascherano y definió a la perfección ante Ter Stegen: gol y el Atlético
igualaba la eliminatoria en el minuto 1. Era
la situación perfecta para el equipo de Simeone. Al Atlético se le puso la
eliminatoria de cara mucho antes de lo que tenía previsto y el equipo se vino
arriba junto al calor de la grada. Subió las líneas y presionó al Barcelona en
campo contrario. Pero entre tanta
euforia llegó el despiste defensivo y Neymar igualaba el partido. Contra de
tiralíneas del Barcelona entre Messi, Suárez y Neymar. El argentino tocaba para
Suárez, que ponía un pase en profundidad para que Neymar volviera a demostrar
su clase. Golazo del brasileño y el Barça volvía a mandar en la eliminatoria.
Sin embargo, un no penalti de
Mascherano volvió a dejar al Atlético de Madrid a un gol de la clasificación.
Los colchoneros volvían a creer, Gil Manzano había devuelto la fe rojiblanca.
Pero duró muy poco, un autogol de Miranda y otro gol de Neymar, después de un sí penalti de Alba que el arbitró no vio, acabaron con las esperanzas
colchoneras. Y entonces fue cuando empezó el show. Simeone y sus pupilos
confundieron la palabra agresividad con violencia, y el Atlético de Madrid se
perdió en una nube de patadas y faltas. Simeone
decidió no competir más, en lo que fue una falta de respeto hacia el público
que en las gradas aún creía en la remontada. Un gol hubiera alentado al
Calderón y devuelto la ilusión rojiblanca. Pero el Cholo prefirió lo otro, las
tarjetas, las expulsiones, las quejas y las trifulcas. Hasta el punto de que
Arda tiró la bota al linier, en una de las imágenes de esta Copa.
Pero lo peor no fueron las faltas ni las quejas ni las expulsiones. Lo peor para el Atlético de Madrid fue que dejó de competir durante 45 minutos, cuando si algo hemos aprendido de Simeone es que nunca se puede dejar de luchar por lo que uno quiere por muy difícil que sea conseguirlo. Así no Cholo, así no.
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Pero lo peor no fueron las faltas ni las quejas ni las expulsiones. Lo peor para el Atlético de Madrid fue que dejó de competir durante 45 minutos, cuando si algo hemos aprendido de Simeone es que nunca se puede dejar de luchar por lo que uno quiere por muy difícil que sea conseguirlo. Así no Cholo, así no.
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