Sentado en la sala de prensa del estadio de San Siro con los ojos
cristalinos, la voz entrecortada y la mirada perdida, el Cholo respondía a las
preguntas de los periodistas con las mismas ganas que un niño tiene de volver a
la escuela después de dos meses de verano en la playa. En ese momento Simeone
sólo tenía ganas de irse a casa y maldecir porque el fútbol era tan injusto con
él. Después de la crueldad vivida en Lisboa, pensaba que ya le había
pagado al fútbol un precio suficientemente alto por todas las entradas y patadas que había
dado como jugador. Ningún colchonero podía esperar un final más cruel que el de
Lisboa, pero si la realidad supera a la ficción, el fútbol supera a la
realidad.
Y entre pregunta y pregunta, en aquella rueda de prensa que parecía más
bien un funeral sino fuera porque el muerto estaba sentado y respondiendo
preguntas, el Cholo dejó caer la bomba que mantiene en vilo a todo el Atlético.
Dejo ir, en una de sus respuestas, que necesitaba pensar en su futuro y que
ahora era tiempo de reflexionar. No tardó en llegar la onda expansiva a la zona
mixta de San Siro donde los jugadores rojiblancos aseguraron que el Cholo sería
su entrenador durante mucho tiempo. La afición rojiblanca también se ha dado
prisa en reaccionar y ayer hubo una concentración en el Vicente Calderón para
pedir al Cholo que no se vaya. Mientras, Simeone se ha ido a Argentina de
vacaciones sin haber aclarado nada.
Perder dos finales de Champions ante tu máximo rival es algo difícil de
superar, pero si hay un equipo que sabe que es la superación este es el
Atlético de Madrid y en concreto, el Cholo Simeone. El Cholo llegó al club para
salvarlo del descenso, luego armó un equipo genial, con Falcao de delantero y
Diego Ribas en la mediapunta, después otro igual de temible con Costa y Arda
Turan, y ahora son Griezmann y Saúl los que se encargan de llevar los títulos a
Neptuno. El Dios que gobierna los mares y que cabalga las olas a
lomos de un caballo blanco ha vuelto a celebrar títulos de la mano de Simeone.
Los ha celebrado todos menos la maldita Champions, protegida por la Diosa
Cibeles, la Diosa de la Tierra que no quiere que la orejona aprenda a nadar.
Si Neptuno pudiera hablar también le pediría al Cholo que se quedara, y es
que su salida puede ser mucho peor que perder una Champions, seria el fin de un
proyecto, de una ilusión y de una manera de ver el fútbol que no será bella
pero si admirable. Si Neptuno hablara estoy seguro que gritaría a los cinco océanos:
Cholo pienso en ti.
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