La otra cara del Mundial de Brasil

El Mundial de fútbol de Brasil 2014 que empieza este jueves, trae consigo una polémica que va más allá del fútbol y las historias del balón. Los brasileños se encuentran divididos entre los que sí quieren que este Mundial se dispute en Brasil y los que no. Parece que las protestas y las manifestaciones en contra de este Mundial se van a reproducir durante todo el torneo y no cesarán. Los huelguistas y manifestantes, que ya han mostrado su descontento en los días previos al torneo, seguirán protestando aunque el Mundial haya empezado. 

Y es que los brasileños tienen motivos para estar enfadados. La disputa del Mundial en Brasil ha provocado que la mayor parte del presupuesto del país se destine a construir estadios de fútbol y resortes hoteleros. El gobierno sostiene que se recuperará la inversión, aunque aún no ha explicado cómo ni cuándo. En contra, se han dejado de construir escuelas, hospitales, parques infantiles... Brasil ha contrapuesto el fútbol y el turismo a sus ciudadanos, y de aquí las protestas y manifestaciones. Además, los brasileños ven que lo peor está por llegar con la disputa de las Olimpiadas de Río en el año 2016. Pues con las Olimpiadas, todavía se destinará más dinero público a instalaciones deportivas y turísticas. 

A todo ello, el negocio de la droga y de la prostitución tendrá una inyección de ingresos tremenda a causa del Mundial y sus visitantes. Prostitutas de todos los lugares de Brasil se concentran estos días en las ciudades donde se disputan los partidos del Mundial. Las mafias brasileñas se frotan las manos con la llegada de los miles de turistas que contribuirán a llenar sus arcas.

Esta es la otra cara del Mundial, lo que el torneo esconde detrás de una pelota y veintidós jugadores.