A tres horas de que tu equipo vaya a jugar un partido contra el Real Madrid no parece lo más acertado convocar una rueda de prensa. Más teniendo en cuenta que de perder hoy el descenso estaría más cerca que Europa. Habría de todo menos felices fiestas en Valencia.
Imaginar a los jugadores en el hotel viendo a su presidente explicar que un magnate quiere comprar el club y traer a su equipo todos los futbolistas buenos habidos y por haber (30-50 millones para el mercado de invierno). Desde luego no parece la mejor manera de motivar a un equipo que ni tan siquiera sabe quién será su entrenador en el nuevo año. Mientras, en tres horas tendrás a los Cristiano Ronaldo, Benzema, Di María... corriendo por el césped de Mestalla. Como les caigan cinco no habrá Peter que les salve de la quemá.
Pero en Valencia las cosas están convulsas, ya no se respetan los tiempos ni los plazos, sobretodo desde que lo de pagar la deuda paso a ser una utopía. Seguramente, la teoría presidencial haya sido pensar que de caerles un carro hoy no habría consecuencias, pues la gente estaría hablando de a quién fichara el señor Lim cuando desembarque en Valencia. En mi opinión, distraer a Mestalla no me parece tan sencillo.
Por su parte el magnate Peter Lim promete el paraíso. Sus tres grandes argumentos son: pagar la deuda de Bankia, acabar el nuevo estadio e invertir millones en fichajes. Demasiado bonito para ser verdad. Aunque quizás lo sea, solo el tiempo dirá si Peter Lim fue una distracción para Mestalla o un proyecto de fútbol para devolver al Valencia al lugar del que nunca debió marcharse.
0 Comentarios